El país baja de los 400 infectados por segunda vez desde que comenzó la desescalada y aleja el miedo a un repunte por la salida de los niños.

La mitad de España empieza a adentrarse en la Fase 1 con noticias muy esperanzadoras sobre la evolución de la pandemia en todo el país. Y, sobre todo, con la constatación de que los datos avalan, al menos por el momento, la decisión de desescalar el confinamiento. Ayer, por tercera jornada consecutiva, España registró menos de 200 fallecidos; exactamente, fueron 123, frente a los 143 contabilizados el domingo. Se trata de la cifra más baja de decesos desde los inicios del confinamiento, en concreto, desde que el 18 de marzo se contabilizaran 107 finados.

Las estadísticas de ayer certifican que la mortalidad del coronavirus está experimentando un brusco frenazo. Tras encadenar tres días de continuas reducciones, el ritmo de crecimiento de los fallecidos tocó ayer de nuevo suelo con un exiguo 0,4% de incremento interdiario. O sea, la tercera parte que a principios de este mayo. Durante todo este mes, los fallecidos no ha superado en ningún momento los tres centenares. Lejos quedan los aumentos del 10% diarios que se veían hace ahora exactamente 40 días, cuando el 2 de abril España alcanzó su máximo histórico con 950 muertos en solo 24 horas.

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